Incandecencia
Puedo despertarme y continuar las primeras dos horas ensimismado y sin atender al mundo exterior. Escucho, hablo, efectuo ligeras batallas contra mi alrededor si este se abalanza sobre mi, o cuando siento que lo hace. Defensivo, frio, altamente destructivo a los que socializan conmigo. Pero las cosas cambian, todo cambia en menor o mayor medida, visible o no a los demas. hay tanto en mi cabeza, tantos recuerdos y ensoñaciones de la infancia tardia, momentos perdidos de una pubertad en blanco, lista para experimentar pero sin un expediente considerable. Y ese pasado, representandose en fotografias, en sonidos, en sensaciones casi olvidadas, me invade a ratos. Siento fundirse mi tosca armadura de argumentos y prejuicios, incendiando mi piel, aligerandome y permitiendome moverme mas rapido, aunque con algo de tropiezos por la falta de costumbre. Seguir asi es lo que deseo, presto a la devocion, al enamoramiento, a ser conmovido, sumido en la desverguenza y la cruda secuencia de verdades afiladas que brotan por todos lados. Sin miedo, convencido de la eleccion tomada, y sin detener mi andar. Siento como ese pasado, bobo y sincero, abandona el mundo de los recuerdos para volver a ser un dulce presente, lleno de sensaciones y sentires, de risas y alegria. Solo unos dias en este trance, y he recuperado la antigua nocion de la incertidumbre y la pasion al respirar, al comer, al pensar y dormir, encarnandome en todo lo que puedo, sintiendo TODO.
(Miel -Zoe)
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