Vivir, Sentir, Pensar

Siempre he pensado que el clima altera el animo de las personas, que es el estado del tiempo el que define nuestra buena y mala suerte. Yo año con año sufro un ciclo que en la infancia me era imperceptible y en la adolescencia inevitable. A cada estacion le concedo una actitud primaria, o generalizada. Asi, en primavera sufro mucho de alegria, de lucidez social. Al verano, la accion, todo lo que hay que hacer y deshacer, desarrollo personal. El otoño es siempre aspero, tranquilo, culto, epoca de tragar libros. El problema siempre es el invierno, sobre todo a principios de noviembre(si, van a decir, luis! noviembre es otoño. Para mi el equinoccio o solticio correspondiente a la estacion es el centro de ella no el inicio), cuando hela pero aun no llueve y la humedad en el aire es casi nula. En esta epoca entristezco e intento alejarme toda persona. Es una epoca en la que todas las acciones van encaminadas a reducir ese dolor que me aprieta siempre que hace frio y me doy cuenta de esto o aquello, de mis deprimentes descubrimientos sobre las personas en general o sobre mi mismo. En esta epoca hiberna mi instinto afectivo y sexual, me abandona sin mas ni mas. Y aunque puedo ir contra eso(no soy 100% animal) nunca lo deseo. Esta epoca acostumbro la soledad, y no hablo solo de la gente que me rodea, sino las personas que traigo dentro de mi. Esta noche el frio es muy ligero, tanto que no he buscado mi chamarra, nisiquiera una cobija. En este tiempo templado, aprovecho para analizar rapidamente los ultimos acontecimientos. Este año me ha perseguido Ella. Y no exteriormente, porque las personas pueden seguirnos exteriormente, ellas mismas, sino interiormente, que es cuando somos nosotros los incapaces de dejar de seguirlas. Desde esa lluvia invernal y hasta la fecha, no he podido hacer nada en contra de eso, y valla que lo he intentado, he intentado negarme y llegue a negarme tres veces a mi mismo que mi sentir ahora tenia la razon, y valla que es dificil que el corazon acierte. Pero no he podido. A lo largo de estos meses, desde esa lluvia hasta esa noche, no he conseguido mas que darme cuenta de este acierto, de que no puedo negarla. De todos estos meses, solo en los ultimos dos he dejado de negarme. En el primero de estos dos meses dude, acepte y decidi que los anteriores solo habian sido desgajes de mi mismo y que debia actuar pronto para cambiarlo. En ese momento quede helado, por miedo a no poder deshacer y reparar mis calumnias. Al cabo de un tiempo me di cuenta que podia estar con ella, y sin mas me decidi a hacerlo, incluso a formalizarlo. Cuando se dio la oportunidad no fue a mi parecer mas que un tramite o un escalon de algo verdaderamente mas importante, una disculpa indirecta, el perdon escondido en un si. Desde ese momento todo fue bien, desde ese momento es innegable la sensacion de alivio, la misma sensacion de asirse con los dedos de una grieta cuando resbalas en una tarde de escalada, sumada a la sensacion de acierto. Pero es imposible negar algo, que las personas somos esclavas unas de otras, en mayor o menor medida, cuando menos. Y esto se manifiesta directa o indirectamente tanto en nuestras ideas y acciones, como en nuestros frenos individuales. Y es eso lo unico que ahora no nos permite estar juntos. Que tristeza es saber a quien quieres y no poder estar con ella, en verdad es triste, y mas si es un tercero el que se interpone. Me gustaria poder hacer algo, talvez puedo y no lo se. Esta noche pienso que podriamos hablar, o escribir o incluso vernos, pero no es asi. Esta noche, mientras el frio arrecia, siento mas su ausencia y pienso si realmente el retar mi naturaleza, mi ciclo y mi sometimiento al clima, para decidir quererla este invierno, hara que el universo me devuelva un puntapie en la espinilla. Este invierno es frio, y mas frio ahora que se que no tiene porque ser asi. Este invierno es mas frio porque la extraño.