Mareas
Suelo despertarme a las 3 a.m. por el ruido de la marea subiendo. Ahora, que los gringos llenaron la playa donde antes jugaba con cangrejos medios muertos, de piedras colosales para evitar que las marejadas de invierno inunden sus casitas de verano. La playa siempre ha estado ahi, contaminada y fria. La arena, los militares, una que otra garza blanca perdida en los juegos... al amanecer la neblina y la falta de luz para ver las botellas de sol y XX que dejaron en la peda de la noche anterior hacen interesante el recorrido. Casi todas las playas de ensenada estan vendidas a privados, vejetes gringos que desean pasar el resto de su existencia comprando viagra en la primera (tendran dilersque lleven su viagra a domicilio?) y amenazanado con llamar a la policia cuando alguien de aspecto mexicano camina por la orilla del mar. Solo queda la playa militar, llena de mitos de violaciones por soldados demenciales e historias de pedas magnificas, raros relatos de pasion en la arena y muchos dialogos con las olas. La arena jode los ojos, y cuando Mario me la aplica, en la boca y orejas. Correr antes de trabajar en verano, y escabullirse con alguna dama por la noche preocupado por los soldados miticos de la zona son cosas que siempre vienen a la mente cuando pienso en el mar. Los delfines y lobos marinos muertos aderezan el paisaje. El mar es lo unico que realmente aprecio de este pueblo... y aun necesito salir de aqui...
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